Un relato de ciencia-ficción

En un planeta llamado Vinius que era muy pequeño, colorido por muchas partes, y no muy poblado, vivía un extraterrestre que se llamaba Cimiens. Cimiens era en extraterrestre muy delgado, con una cabeza muy ahuevada y con un carácter muy peculiar; tenía genio, es listo y a la vez torpe y amable.
Él estaba enamorado de Tris, una extraterrestre muy atractiva, pero no sabe cómo hacer que él le guste a ella.
Un día, decide entrar en el malicioso agujero negro que había a la derecha de la casa del Dr.Tenebrous. Al cruzar el agujero, no se lo podía creer...¡estaba en el laboratorio del Dr.Tenebrous!. Allí, había una máquina muy extraña, evidente, grande, blanca y gris, y de vez en cuando saltaban chispas por encima de ella pero...¿para qué serviría?
Cimiens, inquieto por saber el resultado que daría esa extraña máquina, se acercó y tiró de una gran palanca... ¡¡Zas!! Un rayo cayó sobre él y lo convirtió en un horrible y feísimo monstruo.
Cuando consiguió salir de ahí (de casualidad) pasaba Tris, la chica de sus sueños, se tiró a él diciendo:
- Te quiero mucho, eres el tipo de extraterrestre que estaba buscando.-
Entonces él confesó, que era Cimiens, pero a ella le daba igual porque en lo que se había fijado era en su corazón y en su forma de ser.
Al cabo de un tiempo, por arte de magia volvió a su estado de extraterrestre.
Tris y Cimiens vivieron felices en Vinius.