¡Que ningún niño pase hambre!

El día 18 de octubre, el alcalde de Quesada, vino a mi clase para hablarnos de los países más pobres y en concreto respondernos a una pregunta que le escribí en una carta: ¿hay algún programa de ayuda a los países más pobres?
Su respuesta fue que no tienen un plan específicamente para eso, pero sí uno más amplio, que consiste en colaborar con los planes de ayuda como, quesada solidaria, cáritas...Y con una tienda de ayuda a Haití donde yo me compré una calculadora.

También nos contó que cuando estuvo en Guatemala, la gente no tenía mucho, pero eran felices y hasta la muerte se la tomaban con alegría.
Los niños iban al colegio y en un brazo llevaban su viejo cuaderno y el lápiz, y en otro, leña y palos para la lumbre. Cada día le tocaba a un niño limpiar los retretes, sin embargo no estaban tristes o aburridos, no; se divertían y estaban alegres.
Ellos, no tenían muchos juguetes pero cuando uno lo tenía, lo compartía tanto, que se rompía de la cantidad de niños que lo disfrutaban, y si no, se hacían un cochecito con una lata de sardinas.

Tampoco llevaban mucha ropa porque, ni tenía dinero para comprarla, ni tenían dinero para lavarla y pagar el agua.
Dice que mucha gente iba armada por su inseguridad.

 Cuenta, que han pagado para poner depósitos de agua limpia y no contaminada. 

Y que sintió muy afortunado en comparación de ellos/as.