Mi abuela cocina de maravilla, pero la comida que hace y más me gusta son: las migas, porque le salen riquísimas, las hace con sus dulces manos y con todo el cariño del mundo, siempre que va a hacer nos llama para que vayamos a comer a su casa con ellos. Ella las acompaña con chorizos, tocino, y pimientos fritos. ¡Me encantan!
En mi casa no se preparan muchos dulces, pero si tengo que decir uno: es el bizcocho que prepara mi madre. Lo hace muy bien, y siempre lo tiene a punto para cuando yo quiero comérmelo. El de mi madre, me gusta; pero el de mi abuela, ¡me encanta!, lo hace a menudo porque sabe que me gusta. Y hasta llega a madrugar mucho para poder hacerlo temprano y dárnoslo antes.
Un día de primavera, estábamos en mi cortijo, mi padre estaba plantando tomates y yo me dispuse a ayudarlo. Yo le pasaba un puñadito de semillas, las cubría de tierra...
Cuando terminamos después de un largo rato, fuimos a comer, mi madre había preparado morcilla con chuletas y un huevo. Mientras que comíamos yo le estuve contando a mi madre que mientras cavábamos nos encontramos 6 lombrices aproximadamente, a mi madre le daba asco oírlo.
Después, yo solté a mi perro Duque, que pasó corriendo por encima de las semillas varias veces y cuando mi padre fue a regarlas se encontró varias fuera y la arena toda removida, mi padre se enfadó un poquito y tuvo que volver a plantar las semillas.
Si mi padre llega a pillar al perro y a mi, ¡Nos infla a palos!
Si mi padre llega a pillar al perro y a mi, ¡Nos infla a palos!
Hecho por: Marta Morata Izquierdo.
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